domingo, 7 de octubre de 2018

Diario de viaje por la ruta Azul



Diario de viaje por la ruta Azul, Patagonia Argentina



Lo que se pudo y lo que no se pudo conocer de esta hermosa tierra ventosa.






Viajar siempre es inspirador, creativo y liberador, todo viaje regala una exquisita salida para esa rutina que nos aqueja a diario, es una pausa privilegiada, una bocanada de aire limpio para luego volver a meter la cabeza bajo las agitadas aguas de las responsabilidades diarias, formando un camino de esperanza hacia lo nuevo y lo desconocido, lo misterioso y lo enigmático, las sorpresas viajeras siempre llegan, para bien o para mal según la perspectiva, y este viaje tuvo mucho de eso. En esta entrada les resumiré mis mojadas hojas de ruta por la Patagonia Argentina, dándoles herramientas para organizar sus viajes teniendo en cuenta estos lugares, algo solitarios y ventosos, sin embargo, la belleza natural y las creaciones del hombre son remedio más que suficiente para totas las desventajas climáticas. Kilómetros de estepa patagónica amarillo ocre y arena de mar sin fin, amaneceres con la fuerza de una ola que rompe la línea costera sin cesar y va modificando sin prisa, pero sin pausa el paisaje que vemos, constante cambio y creación en las frías aguas del atlántico sur. Historias de aventureros que llegaron en busca de riquezas y arriesgados pobladores con el valor suficiente para adaptarse a un clima totalmente hostil, siempre con la idea del desarrollo y mejor nivel de de vida, domadores del viento y la nieve hicieron y hacen historias en las frías tierras patagónicas.   





Como les había comentado arranque mi viaje por la Ruta azul, debía llegar a Córdoba para pasar un tiempo en esta provincia y de pasada pretendía recorrer un tramo turístico bastante actual, camino que incluye dos provincias patagónicas, Santa Cruz y Chubut, una ruta que recorre la costa atlántica de Argentina, lugares naturales, muchos animales marinos y por otro lado, mucha historia ya que esta zona tiene una extenso relato de inmigración y trabajo duro en pos del progreso. Fines de septiembre fue la época elegida y para mi sorpresa época de lluvias por esta zona, la primavera dio su bienvenida rodeada de nubes y aguaceros que parecían no tener fin, este viaje no fue lo que esperaba desde el punto climático, una variable que solemos dejar afuera en los planes, en esta entrada les contare mis aventuras por estas tierras y próximamente estaré subiendo fotos para que conozcan los hermosos paisajes patagónicos.




El viaje fue muy positivo, aunque no se haya llegado a cumplir todos los objetivos, especialmente en la provincia de Chubut, el clima crudo no tuvo piedad y me regalo muchos días de lluvia, algunos tuvieron sus claros que intente aprovechar al máximo, pero mucho de mi tiempo disponible fue utilizado en quedarme dentro de la kangoo con la esperanza de que la lluvia cesara. Un viaje de 15 días, al menos, tuvo que acortarse a casi 10, y abrió una enorme puerta a una segunda parte, que estimo se dará en el mes de enero cuando tenga que recorrerla nuevamente. Fue muy desilusionante ver que los caminos que me llevaban a esos lugares tan soñados estaban intransitables para vehículos como la Kangoocha, la arcilla patagónica de la costa es una rara combinación de barro y arena de playa, que se apelmaza y hace imposible transitar en los tramos más húmedos, claramente los días previos a mi viaje la lluvia tampoco dio respiro y provoco la anegación de estos caminos poco transitados y de por sí muy duros.



El primer día un sol radiante me acompaño en las primeras horas de viaje, especialmente hasta cruzar al continente y empezar a rodar la provincia de Santa Cruz, el primer destino era el Faro de Cabo Vírgenes, digo bien “era”, ya que fue imposible llegar y luego de recorrer 30 km y pasar muchos lodazales tuve que abandonar esa posibilidad, además el cielo lleno de nubes no eran buenos augurios para mis soñadas fotografías nocturnas, fue la primer decepción del viaje y les aseguro que no sería la última. Mucho enojo para un primer día ese es mi cierre, pero termine durmiendo en Punta Loyola frete al buque encallado llamado Marjorie Glen, que no es poco. 






Ya el segundo día comenzó con mejor energía y con un amanecer en el barco que por un momento me trajo de nuevo al viaje y me lleno de esperanza, la majestuosidad de esas nubes alumbradas de costado por un sol saliente, fue una imagen imborrable. Siguiendo el camino llegue hasta el Parque Nacional Monte León, el cual no sabía, pero solo es operativo de noviembre a abril, el resto del año sus caminos son intransitables y permanece cerrado al público, una verdadera pena, pero realmente la culpa fue mía por no informarme mejor en este caso, pero la buena onda del guarda parque del lugar me motivo mucho a volver. Para continuar este día tuvo una breve pasada por Puerto Santa Cruz, la capital histórica de la provincia para finalizar en la Isla Pavón, un hermoso lugar en Piedrabuena a pocos kilómetros del parque antes mencionado. Un atardecer increíble frente al Río Santa Cruz cerró este día no del todo positivo, pero tomado desde un punto emocional mucho más positivo que el anterior, seguía ilusionado con que el tiempo mejore y las nubes se retiren.









Ya en el tercer día de viaje, me dirigí a la ciudad de San Julian, donde el clima acompaño y pude conocer los lugares que tenía planeado en ese punto del mapa. Comencé recorriendo la ciudad y especialmente el NAO VICTORIA, una réplica del barco que tripulaba Hernando de Magallanes, recordando la llegada del hombre occidental a estas tierras. Continúe conociendo los ex hangares usados en los tiempos de la Guerra de Malvinas, hecho muy cercano en el tiempo y que cuenta la historia de un lugar estratégico por la distancia a las islas, ya que desde aquí partían la mayor cantidad de aviones que atacaban al enemigo Ingles, en esa innecesaria guerra. Continuando en busca de lugares históricos recorrí el camino costero de la ciudad para llegar al Ex frigorífico de la Swiff, un lugar que guarda un encanto especial y aunque a la fecha se encuentra desguazado supo ser unos de los actores principales de la prospera economía ganadera patagónica de principios de siglo XX. Todos estos lugares serán ampliados en futuras entradas dando más detalles necesarios para comprender su importancia, y el porqué de mi admiración y ganas de conocer. De esta forma termino uno de los días más positivos del viaje, donde pude lograr el 100% de lo planeado, parecía que todo iba mejorando, pero duro poco esa esperanza.















Ya mientras dormía recuperando energías para mi cuarto día en la Patagonia santacruceña, escuchaba las gotas de agua sobre mi camioneta y por la mañana el panorama no había cambiado, estaba realmente cerrado el cielo y no parecía mejorar, la decisión estaba clara no podría ir al objetivo de ese día, el parque bosques petrificados. Decidí avanzar a la espera de encontrar mejor clima hacia Puerto Deseado, el día no mejoro mucho, pero me regalo un hermoso atardecer en esa ciudad rodeada por la encantadora Ría Deseado, ya les hablare más de este lugar, que aunque parezca mal escrito es así RIA. Decidí quedarme otro día en este lugar y amaneció mejor el clima, incluso parecía despejarse definitivamente o darme algunas horas de calma luego de la lluvia de la noche. Ya me imaginaba que por la lluvia los caminos estarían muy complicados y tenía dos tramos planificados para ese día, uno corto que se metía por los primeros kilómetros de la Ría deseado, para mostrarme la fauna del lugar y la gran variedad de aves costeras que la habitan, este camino por suerte se pudo hacer sin mayores complicaciones, no puedo decir lo mismo del tramo largo que tenía como fin llegar a los Miradores de Darwin, un lugar que me interesaba mucho conocer, pero sabía que era complejo llegar ya que eran 100km por caminos poco transitables, la realidad es que no duro mucho el sueño ya que los primeros 5 km me demostraron que no podría llegar, incluso me quede empantanado con la Kangoo en ese lugar y dos trabajadores de estancia me auxiliaron, estaba con tantas ganas de llegar a ese lugar que decidí avanzar, pero el camino estaba muy húmedo y sería repetir la historia, por ello decidí volver y buscar nuevos rumbos, también debemos saber cuándo retirarnos, desgraciadamente los limites existen. Con media tarde por delante decidí emprender otro objetivo del viaje, la antigua línea Roca que partía de esa ciudad de Deseado y legaba hasta las Heras recorriendo unas centenas de kilómetros con varias estaciones en medio, parece poco si pensamos que al principio los planes de construcción del tren eran mucho más ambiciosos, ya les contare más sobre esto y sobre la historia de la huelga del 20 que tuvo a estas tierras como principales actores. Continúe mi viaje siguiendo el recorrido de este tren hasta mi desvió en Pico Truncado para llegar casi al anochecer a Rada Tilly, una villa muy vistosa al lado de la gran ciudad de Comodoro Rivadavia, sería el lugar elegido para dormir y cocinarme algo.



















La mañana comenzó muy bien con un lindo amanecer en puerta para darme la bienvenida, ya al pasar Comodoro se notaba que el cielo estaba cerrándose para llover nuevamente y no pasaron muchos kilómetros para que eso ocurriera, lluvia y viento durante todo el camino, el clima tan malo me hizo repensar la posibilidad de hacer una de las escalas, Camarones, que tenía como principal atracción Punta Tombo para ver los pingüinos magallánicos, no se pudo esta ves pero en diciembre lo volveré a intentar. El tiempo me confirmaría que tome una buena decisión y ya verán porqué. Continúe camino hasta otro de los destinos esperando más suerte, Puerto Madryn, donde mi objetivo era ver ballenas, la lluvia nunca ceso durante los dos días que me quede en este lugar, fue muy frustrante pero tuve mucha suerte y gracias a recomendaciones de personas del lugar encontré una playa donde pude ver las ballenas en su hábitat natural, estaban en la costa a no más de 50 metros, y les puedo decir que fue un evento único en mi vida, no me importo la lluvia y en varias ocasiones salí de la kangoo a disfrutar el espectáculo, fueron horas bajo la lluvia, bien abrigado pero maravillado con esos hermosos y gigantes animales, ya verán las fotos que pude sacar aunque mi lente zoom no es muy bueno, algo pude captar.












Este era el último objetivo específico de mi viaje, y lo pude lograr a medias, pero fue el momento de darme cuenta que el tiempo no mejoraría, y aunque así fuera, los caminos estaban muy anegados y la arcilla patagónica no es un terreno fácil para transitar con un vehículo como el mío, y aunque la Kangoocha a veces parece mágica, tiene sus límites y además corro el riesgo de romper algo más serio y complicar el viaje. Por todo ello decidí comenzar mi viaje a Villa María en Córdoba, lugar donde me quedare al menos por un mes, disfrutando de mis amigos y haciéndole mantenimiento a la Kangoocha que luego de 30 mil kilómetros recorridos en lo que va del año, necesita algunas refacciones mecánicas.

Y así termina este viaje pasado por agua, con poca suerte pero entendiendo que es parte del clima del lugar, es como me repitieron en muchas de las charlas, “es la temporada más lluviosa del año”, y pude comprender que realmente es así, tendré mi segunda oportunidad en diciembre o en otros viajes ya que como habitante de Tierra del Fuego me toca siempre recorrer la ruta 3 y de a poco iré logrando llegar a todos los lugares increíble que tiene la ruta azul para los que se animen a recorrerla tomando todos los desvíos que la cruzan, aunque los caminos no sean los mejores. Fue un gran viaje a pesar de todo, volví a recuperar las ganas de andar recorriendo nuevos lugares, me acostumbre nuevamente a dormir y permanecer en la kangoo, la lluvia me obligo a estar mucho tiempo dentro de la kangoocha, y lo más rescatable es haber probado todo el equipamiento que le fui agregando este tiempo, de ello pude darme cuenta, que era útil y que no lo era, también cosas que terminaron molestando y debo replantearme si llevarlas nuevamente, además descubrí algunas cosas que me faltaban, pero no muchas ya que el balance es altamente positivo, un 90% de los agregados fueron de utilidad y se usaron durante el viaje.

Patagonia, ruta azul fue mi historia de esta entrada, un simple relato de un viaje personal por lugares de este mundo que quizás nunca antes pensé conocer, son las sorpresas que uno va encontrando en una historia, en una foto o en un blog de internet. Haber cambiado rápidamente mis planes fue una necesidad luego de tantos días de lluvia y conociendo la real posibilidad de volver en el corto plazo en busca de más posibilidades tanto climatológicas, como de exigencia a la pobre Kangoocha que bastante se la banca.

En estos días estaré subiendo fotos del recorrido, con información de los lugares para poder conocer en profundidad su importancia. También voy a ver si armo algún video de algunas cosas específicas que ocurrieron en el viaje que están buenas para aquellos que quieran venir a estas zonas y puedan prepararse mejor, como siempre la motivación de esto es dar a conocer las bellezas que tenemos y motivarlos no solo a ver los lugares por foto, sino animarse de la forma que sea a llegar y ver con nuestros propios ojos de lo que estoy hablando en cada imagen que tomo. No vale desmotivarse, siempre se puede encontrar la forma y los medios, intentando una y mil veces todo se puede lograr.
Resumen general viaje por ruta azul, yo y mi Kangoocha en busca de aventuras, hasta la próxima entrada.    
  

No hay comentarios:

Publicar un comentario