Diario de viaje por la ruta Azul, Patagonia Argentina
Lo que se pudo y lo que no se pudo conocer de esta hermosa tierra ventosa.
Viajar siempre es inspirador, creativo y liberador, todo
viaje regala una exquisita salida para esa rutina que nos aqueja a diario, es
una pausa privilegiada, una bocanada de aire limpio para luego volver a meter
la cabeza bajo las agitadas aguas de las responsabilidades diarias, formando un
camino de esperanza hacia lo nuevo y lo desconocido, lo misterioso y lo enigmático,
las sorpresas viajeras siempre llegan, para bien o para mal según la
perspectiva, y este viaje tuvo mucho de eso. En esta entrada les resumiré mis
mojadas hojas de ruta por la Patagonia Argentina, dándoles herramientas para
organizar sus viajes teniendo en cuenta estos lugares, algo solitarios y
ventosos, sin embargo, la belleza natural y las creaciones del hombre son
remedio más que suficiente para totas las desventajas climáticas. Kilómetros de
estepa patagónica amarillo ocre y arena de mar sin fin, amaneceres con la
fuerza de una ola que rompe la línea costera sin cesar y va modificando sin prisa,
pero sin pausa el paisaje que vemos, constante cambio y creación en las frías
aguas del atlántico sur. Historias de aventureros que llegaron en busca de
riquezas y arriesgados pobladores con el valor suficiente para adaptarse a un
clima totalmente hostil, siempre con la idea del desarrollo y mejor nivel de de
vida, domadores del viento y la nieve hicieron y hacen historias en las frías
tierras patagónicas.
Como les había comentado arranque mi viaje por la Ruta azul,
debía llegar a Córdoba para pasar un tiempo en esta provincia y de pasada pretendía
recorrer un tramo turístico bastante actual, camino que incluye dos provincias
patagónicas, Santa Cruz y Chubut, una ruta que recorre la costa atlántica de
Argentina, lugares naturales, muchos animales marinos y por otro lado, mucha
historia ya que esta zona tiene una extenso relato de inmigración y trabajo
duro en pos del progreso. Fines de septiembre fue la época elegida y para mi
sorpresa época de lluvias por esta zona, la primavera dio su bienvenida rodeada
de nubes y aguaceros que parecían no tener fin, este viaje no fue lo que
esperaba desde el punto climático, una variable que solemos dejar afuera en los
planes, en esta entrada les contare mis aventuras por estas tierras y próximamente
estaré subiendo fotos para que conozcan los hermosos paisajes patagónicos.
El viaje fue muy positivo, aunque no se haya llegado a
cumplir todos los objetivos, especialmente en la provincia de Chubut, el clima
crudo no tuvo piedad y me regalo muchos días de lluvia, algunos tuvieron sus
claros que intente aprovechar al máximo, pero mucho de mi tiempo disponible fue
utilizado en quedarme dentro de la kangoo con la esperanza de que la lluvia
cesara. Un viaje de 15 días, al menos, tuvo que acortarse a casi 10, y abrió
una enorme puerta a una segunda parte, que estimo se dará en el mes de enero
cuando tenga que recorrerla nuevamente. Fue muy desilusionante ver que los
caminos que me llevaban a esos lugares tan soñados estaban intransitables para
vehículos como la Kangoocha, la arcilla patagónica de la costa es una rara
combinación de barro y arena de playa, que se apelmaza y hace imposible
transitar en los tramos más húmedos, claramente los días previos a mi viaje la
lluvia tampoco dio respiro y provoco la anegación de estos caminos poco
transitados y de por sí muy duros.
El primer día un sol radiante me acompaño en las primeras
horas de viaje, especialmente hasta cruzar al continente y empezar a rodar la
provincia de Santa Cruz, el primer destino era el Faro de Cabo Vírgenes, digo
bien “era”, ya que fue imposible llegar y luego de recorrer 30 km y pasar
muchos lodazales tuve que abandonar esa posibilidad, además el cielo lleno de
nubes no eran buenos augurios para mis soñadas fotografías nocturnas, fue la
primer decepción del viaje y les aseguro que no sería la última. Mucho enojo para
un primer día ese es mi cierre, pero termine durmiendo en Punta Loyola frete al
buque encallado llamado Marjorie Glen, que no es poco.
Ya el segundo día
comenzó con mejor energía y con un amanecer en el barco que por un momento me
trajo de nuevo al viaje y me lleno de esperanza, la majestuosidad de esas nubes
alumbradas de costado por un sol saliente, fue una imagen imborrable. Siguiendo
el camino llegue hasta el Parque Nacional Monte León, el cual no sabía, pero
solo es operativo de noviembre a abril, el resto del año sus caminos son
intransitables y permanece cerrado al público, una verdadera pena, pero
realmente la culpa fue mía por no informarme mejor en este caso, pero la buena
onda del guarda parque del lugar me motivo mucho a volver. Para continuar este día
tuvo una breve pasada por Puerto Santa Cruz, la capital histórica de la
provincia para finalizar en la Isla Pavón, un hermoso lugar en Piedrabuena a
pocos kilómetros del parque antes mencionado. Un atardecer increíble frente al
Río Santa Cruz cerró este día no del todo positivo, pero tomado desde un punto
emocional mucho más positivo que el anterior, seguía ilusionado con que el
tiempo mejore y las nubes se retiren.
Ya en el tercer día de viaje, me dirigí a la ciudad de San
Julian, donde el clima acompaño y pude conocer los lugares que tenía planeado
en ese punto del mapa. Comencé recorriendo la ciudad y especialmente el NAO
VICTORIA, una réplica del barco que tripulaba Hernando de Magallanes, recordando
la llegada del hombre occidental a estas tierras. Continúe conociendo los ex hangares
usados en los tiempos de la Guerra de Malvinas, hecho muy cercano en el tiempo
y que cuenta la historia de un lugar estratégico por la distancia a las islas,
ya que desde aquí partían la mayor cantidad de aviones que atacaban al enemigo
Ingles, en esa innecesaria guerra. Continuando en busca de lugares históricos recorrí
el camino costero de la ciudad para llegar al Ex frigorífico de la Swiff, un
lugar que guarda un encanto especial y aunque a la fecha se encuentra desguazado
supo ser unos de los actores principales de la prospera economía ganadera
patagónica de principios de siglo XX. Todos estos lugares serán ampliados en
futuras entradas dando más detalles necesarios para comprender su importancia,
y el porqué de mi admiración y ganas de conocer. De esta forma termino uno de
los días más positivos del viaje, donde pude lograr el 100% de lo planeado,
parecía que todo iba mejorando, pero duro poco esa esperanza.
Ya mientras dormía recuperando energías para mi cuarto día
en la Patagonia santacruceña, escuchaba las gotas de agua sobre mi camioneta y
por la mañana el panorama no había cambiado, estaba realmente cerrado el cielo
y no parecía mejorar, la decisión estaba clara no podría ir al objetivo de ese día,
el parque bosques petrificados. Decidí avanzar a la espera de encontrar mejor
clima hacia Puerto Deseado, el día no mejoro mucho, pero me regalo un hermoso
atardecer en esa ciudad rodeada por la encantadora Ría Deseado, ya les hablare más
de este lugar, que aunque parezca mal escrito es así RIA. Decidí quedarme otro día
en este lugar y amaneció mejor el clima, incluso parecía despejarse definitivamente
o darme algunas horas de calma luego de la lluvia de la noche. Ya me imaginaba
que por la lluvia los caminos estarían muy complicados y tenía dos tramos
planificados para ese día, uno corto que se metía por los primeros kilómetros
de la Ría deseado, para mostrarme la fauna del lugar y la gran variedad de aves
costeras que la habitan, este camino por suerte se pudo hacer sin mayores
complicaciones, no puedo decir lo mismo del tramo largo que tenía como fin
llegar a los Miradores de Darwin, un lugar que me interesaba mucho conocer,
pero sabía que era complejo llegar ya que eran 100km por caminos poco
transitables, la realidad es que no duro mucho el sueño ya que los primeros 5
km me demostraron que no podría llegar, incluso me quede empantanado con la
Kangoo en ese lugar y dos trabajadores de estancia me auxiliaron, estaba con
tantas ganas de llegar a ese lugar que decidí avanzar, pero el camino estaba
muy húmedo y sería repetir la historia, por ello decidí volver y buscar nuevos rumbos,
también debemos saber cuándo retirarnos, desgraciadamente los limites existen.
Con media tarde por delante decidí emprender otro objetivo del viaje, la
antigua línea Roca que partía de esa ciudad de Deseado y legaba hasta las Heras
recorriendo unas centenas de kilómetros con varias estaciones en medio, parece
poco si pensamos que al principio los planes de construcción del tren eran
mucho más ambiciosos, ya les contare más sobre esto y sobre la historia de la
huelga del 20 que tuvo a estas tierras como principales actores. Continúe mi
viaje siguiendo el recorrido de este tren hasta mi desvió en Pico Truncado para
llegar casi al anochecer a Rada Tilly, una villa muy vistosa al lado de la gran
ciudad de Comodoro Rivadavia, sería el lugar elegido para dormir y cocinarme
algo.
La mañana comenzó muy bien con un lindo amanecer en puerta
para darme la bienvenida, ya al pasar Comodoro se notaba que el cielo estaba cerrándose
para llover nuevamente y no pasaron muchos kilómetros para que eso ocurriera,
lluvia y viento durante todo el camino, el clima tan malo me hizo repensar la
posibilidad de hacer una de las escalas, Camarones, que tenía como principal atracción
Punta Tombo para ver los pingüinos magallánicos, no se pudo esta ves pero en
diciembre lo volveré a intentar. El tiempo me confirmaría que tome una buena decisión
y ya verán porqué. Continúe camino hasta otro de los destinos esperando más
suerte, Puerto Madryn, donde mi objetivo era ver ballenas, la lluvia nunca ceso
durante los dos días que me quede en este lugar, fue muy frustrante pero tuve
mucha suerte y gracias a recomendaciones de personas del lugar encontré una
playa donde pude ver las ballenas en su hábitat natural, estaban en la costa a
no más de 50 metros, y les puedo decir que fue un evento único en mi vida, no
me importo la lluvia y en varias ocasiones salí de la kangoo a disfrutar el espectáculo,
fueron horas bajo la lluvia, bien abrigado pero maravillado con esos hermosos y
gigantes animales, ya verán las fotos que pude sacar aunque mi lente zoom no es
muy bueno, algo pude captar.
Este era el último objetivo específico de mi viaje, y lo
pude lograr a medias, pero fue el momento de darme cuenta que el tiempo no mejoraría,
y aunque así fuera, los caminos estaban muy anegados y la arcilla patagónica no
es un terreno fácil para transitar con un vehículo como el mío, y aunque la
Kangoocha a veces parece mágica, tiene sus límites y además corro el riesgo de
romper algo más serio y complicar el viaje. Por todo ello decidí comenzar mi
viaje a Villa María en Córdoba, lugar donde me quedare al menos por un mes,
disfrutando de mis amigos y haciéndole mantenimiento a la Kangoocha que luego
de 30 mil kilómetros recorridos en lo que va del año, necesita algunas
refacciones mecánicas.
Y así termina este viaje pasado por agua, con poca suerte
pero entendiendo que es parte del clima del lugar, es como me repitieron en
muchas de las charlas, “es la temporada más lluviosa del año”, y pude
comprender que realmente es así, tendré mi segunda oportunidad en diciembre o
en otros viajes ya que como habitante de Tierra del Fuego me toca siempre
recorrer la ruta 3 y de a poco iré logrando llegar a todos los lugares increíble
que tiene la ruta azul para los que se animen a recorrerla tomando todos los desvíos
que la cruzan, aunque los caminos no sean los mejores. Fue un gran viaje a
pesar de todo, volví a recuperar las ganas de andar recorriendo nuevos lugares,
me acostumbre nuevamente a dormir y permanecer en la kangoo, la lluvia me
obligo a estar mucho tiempo dentro de la kangoocha, y lo más rescatable es
haber probado todo el equipamiento que le fui agregando este tiempo, de ello
pude darme cuenta, que era útil y que no lo era, también cosas que terminaron
molestando y debo replantearme si llevarlas nuevamente, además descubrí algunas
cosas que me faltaban, pero no muchas ya que el balance es altamente positivo,
un 90% de los agregados fueron de utilidad y se usaron durante el viaje.
Patagonia, ruta azul fue mi historia de esta entrada, un
simple relato de un viaje personal por lugares de este mundo que quizás nunca
antes pensé conocer, son las sorpresas que uno va encontrando en una historia,
en una foto o en un blog de internet. Haber cambiado rápidamente mis planes fue
una necesidad luego de tantos días de lluvia y conociendo la real posibilidad
de volver en el corto plazo en busca de más posibilidades tanto climatológicas,
como de exigencia a la pobre Kangoocha que bastante se la banca.
En estos días estaré subiendo fotos del recorrido, con información
de los lugares para poder conocer en profundidad su importancia. También voy a
ver si armo algún video de algunas cosas específicas que ocurrieron en el viaje
que están buenas para aquellos que quieran venir a estas zonas y puedan
prepararse mejor, como siempre la motivación de esto es dar a conocer las
bellezas que tenemos y motivarlos no solo a ver los lugares por foto, sino
animarse de la forma que sea a llegar y ver con nuestros propios ojos de lo que
estoy hablando en cada imagen que tomo. No vale desmotivarse, siempre se puede
encontrar la forma y los medios, intentando una y mil veces todo se puede
lograr.
Resumen general viaje por ruta azul, yo y mi Kangoocha en
busca de aventuras, hasta la próxima entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario