viernes, 30 de noviembre de 2018

El poder de la Naturaleza, Volcán Chaiten

Erupción del volcán Chaitén de 2008


Fuente Wikipedia
Fotos Propias

La erupción del volcán Chaitén de 2008 fue una erupción volcánica ocurrida en Chile, que comenzó cerca de las 23:38 hora local (UTC-4 en aquel entonces) del 1 de mayo de 2008. El daño colateral del evento (principalmente la generación de lahares y el posterior desbordamiento de los cursos de agua cercanos) destruyó casi por completo la ciudad de Chaitén.

Con un índice de explosividad volcánica de 5, fue el evento eruptivo más violento registrado en el país desde la erupción del volcán Quizapú de 1932.

A raíz de la erupción, el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) creó la Red Nacional de Vigilancia Volcánica,​ y se fortaleció la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) para coordinar el monitoreo permanente de sismos y volcanes.




El volcán Chaitén es una caldera volcánica ubicada a 10,5 kilómetros al nor-noreste de la ciudad de Chaitén, capital de la provincia de Palena, en la región de Los Lagos, y a 18 kilómetros al oeste de la cumbre del volcán Michinmahuida, por donde cruza la traza principal de la falla Liquiñe-Ofqui, una falla geológica de escala continental con 1200 kilómetros de longitud. Pertenece a la zona sur del cinturón volcánico de los Andes.

Se trata de un volcán pequeño, que consiste en una depresión con forma de caldera, en el interior de la cual se ubica un domo de cuatro kilómetros cuadrados, de composición rica en sílice. Además, alrededor del domo principal, se han identificado dos estructuras volcánicas menores (con dimensiones inferiores a un kilómetro), una hacia el sur y otra hacia el oeste.

Es considerado por el Sernageomin como el cuarto volcán más peligroso del país.

El volcán Chaitén no habría tenido erupciones históricas registradas con precisión. Antecedentes históricos indicarían erupciones en los años 1742 y 1835, lo cual no ha sido debidamente confirmado. Diversos estudios geológicos señalan una erupción explosiva con generación de importantes flujos piroclásticos dirigidos hacia el norte, hace nueve mil años. Lo anterior, aunque con escasos antecedentes, lo clasifica como un volcán activo.






Erupción

Desde el 26 de mayo de 2008, la pluma de cenizas se dispersó hacia el norte. Imagen capturada por el satélite Aqua el 28 de mayo del mismo año.
A partir de las 20:56 hora local del 30 de abril de 2008, se inició un enjambre sísmico de magnitud importante en las inmediaciones del volcán, el que fue percibido por la población de las comunas de Chaitén, Futaleufú y Palena.

La sucesión de sismos fue coronada por el inicio de una violenta y repentina erupción aproximadamente a las 23:38 hora local del 1 de mayo de 2008, la cual, por las condiciones de oscuridad, fue inicialmente atribuida al volcán Michinmahuida. La actividad eruptiva se concentró en el flanco norte del domo, en tanto que la emisión de material se localizó en el flanco noroeste, mediante un cráter de explosión de aproximadamente 200 metros de diámetro.6




La columna eruptiva, conformada por sucesivas explosiones con emisión de cenizas y gases, alcanzó cerca de 20 kilómetros de altura sobre la cumbre del domo. La emisión de material volcánico, de una coloración blanquecina a gris claro, se dispersó con cierta preferencia hacia el sur y sureste.

A las 08:20 hora local del 6 de mayo de 2008, el ciclo eruptivo recrudeció con explosiones vigorosas y rítmicas de mayor energía, sosteniendo una columna eruptiva más ancha y en expansión lateral de unos 30 kilómetros de altura en su fase inicial. Se verificó que los dos cráteres de explosión ubicados en el flanco norte del domo, se unieron en uno solo con un diámetro aproximado de 800 metros.

El 7 de mayo de 2008, a las 23:35 hora local, un nuevo pulso eruptivo se presentó en el Chaitén, descrito como una «llamarada» por suboficiales de Carabineros de Chile, y acompañado por fuertes descargas eléctricas que duraron hasta la medianoche.

El 21 de mayo de 2008, desde el flanco norte del volcán pudo observarse un notable domo nuevo, formado por lava viscosa de lenta acumulación.9​ Sobrepasó ligeramente la cima de su antecesor, y desarrolló un cráter de unos 200 metros de diámetro.

En los meses siguientes, el constante crecimiento del nuevo domo provocó incrementos ocasionales en la actividad eruptiva del volcán, asociados principalmente a explosiones freáticas y freatomagmáticas. El 30 de octubre de 2008 se pudo apreciar la construcción de un domo aún más joven, sobre aquel que comenzó a formarse en mayo.




Alrededor de las 11:00 hora local del 19 de febrero de 2009, se generó una gran explosión en el flanco sur del Chaitén, a causa de un importante colapso parcial de los domos, formando un escarpe o cicatriz que siguió desmoronándose en las semanas venideras. Pobladores de la zona aseguraron que la consecuente columna de cenizas alcanzó entre 15 y 20 kilómetros de altura. Además, se registraron flujos piroclásticos que avanzaron por cuatro a cinco kilómetros por el valle del río Blanco.

Consecuencias

Una vez iniciada la erupción, Sernageomin estableció alerta volcánica roja, y activó la preparación de equipamiento para monitoreo sísmico y la movilización de personal del Observatorio Vulcanológico de los Andes del Sur, desde Temuco a Chaitén. El organismo técnico sugirió una zona de exclusión total en un radio de 30 kilómetros en torno al macizo.

En tanto, a las 02:00 hora local del 2 de mayo de 2008, las autoridades regionales de la Onemi decretaron alerta roja administrativa e iniciaron la evacuación de los sectores más afectados por las cenizas.14​ En 24 horas, más de cuatro mil personas fueron evacuadas exitosamente desde las zonas de riesgo.




La lluvia de cenizas permaneció prácticamente todo el día 2 de mayo y cubrió Chaitén totalmente, donde el depósito no sobrepasaba los cinco milímetros de espesor, mientras que hacia el sector sureste, en las áreas de Termas del Amarillo y hacia Palena y Futaleufú, alcanzaba más de 20 centímetros. Hacia el norte, la caída de material particulado fue muy limitada, a tan sólo cinco a seis kilómetros de distancia del centro de emisión, aunque cubriendo en buena proporción la vegetación del sector.

El material volcánico también llegó a territorio argentino. La primera provincia en verse envuelta en cenizas fue Chubut, lo que obligó a la suspensión de clases en las localidades cordilleranas. Una de las ciudades más afectadas fue Esquel.16​ Le siguieron las provincias de Río Negro, Neuquén, La Pampa, Mendoza, Buenos Aires e incluso la capital federal.

La aeronavegación del vecino país también se vio afectada. El 9 de mayo de 2008, las aerolíneas American Airlines y United Airlines suspendieron seis vuelos (cuatro y dos, respectivamente) desde y hacia Estados Unidos.18​ En Uruguay, American también interrumpió su vuelo Montevideo-Miami, en tanto que la local PLUNA hizo lo propio con dos vuelos desde la capital uruguaya a la argentina.19​ Los problemas de visibilidad continuaron el 12 de mayo de 2008, por lo que quince vuelos nacionales hacia el sur argentino fueron suspendidos.

Las aguas de los principales cauces provenientes del macizo, como los ríos Blanco y Rayas, cambiaron su color a blanquecino, por el contenido importante de sólidos en suspensión. El último transportaba incluso fragmentos de pómez vítreos de hasta cuatro centímetros de tamaño, los que también cubrían gran parte del lago Blanco.

A las 09:00 hora local del 6 de mayo de 2008, y tras el nuevo y violento pulso eruptivo, la gobernación provincial de Palena ordenó la evacuación total de Chaitén, y de hasta 50 kilómetros alrededor del volcán. Preventivamente, personal de Sernageomin inició la vigilancia a distancia con ayuda del buque Aquiles de la Armada de Chile.

En total, 5707 personas fueron evacuadas en la comuna de Chaitén, 2093 en Futaleufú y 319 en Palena, las que fueron albergadas, en su mayoría, en las comunas de Puerto Montt, Castro y Osorno, en la región de Los Lagos, y en Cisnes y Lago Verde, en la región de Aysén.21​ Se lamentó sólo una víctima fatal, una mujer de 92 años que falleció por causas naturales en medio de las evacuaciones.

Personal del parque Pumalín informó un incremento de hasta 10 °C en la temperatura de las aguas del río Rayas, sugiriendo el descenso de pequeños flujos piroclásticos hacia el este del volcán Chaitén.
Por otro lado, el flanco norte de la caldera y hasta la Carretera Austral, mostraba aproximadamente 2500 hectáreas de bosque nativo quemadas por material incandescente y explosiones laterales.




El 10 de mayo de 2008, se confirmó el desborde del río Blanco debido al acarreo de importantes volúmenes de cenizas y pómez (y, en consecuencia, la generación de lahares). Inicialmente, alrededor de 40 viviendas y numerosos vehículos fueron afectados por la crecida en la ciudad de Chaitén. Con el correr de los días, la acumulación de lodo volcánico en el puente de la ciudad ejerció como dique, agravando sustancialmente la inundación.

Los sedimentos cubrieron el 95% de la ciudad y numerosas viviendas fueron arrastradas hacia la costa.​ La evacuación total y la destrucción imperante transformaron a Chaitén en un pueblo fantasma.


El escurrimiento de grandes volúmenes de sedimentos por parte de los ríos Blanco y Rayas, generó en sus desembocaduras un gran delta fluvial, desplazando la línea de costa varios metros mar adentro. Además la deriva litoral, con sentido sur-norte a lo largo de la costa chilena, acarreó grandes cantidades de agua contaminada por el material volcánico, afectando las faenas salmoneras de la zona.28​ El Servicio Nacional de Pesca aprobó entonces el traslado de más de 3,5 millones de salmones a otros centros de cultivo.




Con ayuda de especialistas del Programa de Atención de Desastres Volcánicos, dependiente del Servicio Geológico de Estados Unidos, Sernageomin habilitó un nuevo centro de operaciones en la comuna de Queilén, en el archipiélago de Chiloé.

Dada la menor actividad volcánica, la intendencia de la Región de Los Lagos dispuso el 25 de mayo de 2008 la reducción del radio de exclusión a 24 kilómetros. La medida sólo permitió a los residentes del sector recuperar sus pertenencias y trasladar sus animales, no regresar a sus hogares.

El 26 de mayo de 2008, y gracias a los vientos predominantes, la pluma volcánica se dispersó preferentemente hacia el norte y noreste. Se reportó caída de cenizas en Hornopirén, Las Cascadas y levemente en Osorno, en la región de Los Lagos. Al día siguiente, Entre Lagos y Riñinahue (este último en la región de Los Ríos, a 300 kilómetros al norte del volcán) también se vieron afectados por los sedimentos.32​ Varios vuelos de LAN Airlines hacia Puerto Montt, Temuco, Valdivia y Osorno fueron cancelados.

El polvo volcánico en suspensión no tardaría en dirigirse al cuadrante occidental del volcán, sobre el golfo Corcovado y el sector central de Chiloé insular. Durante todo el 1 de junio de 2008, una atmósfera extremadamente brumosa y precipitaciones de cenizas afectaron Queilén, Chonchi, Lelbún, Dalcahue y Castro.

En la jornada del 23 de junio de 2008, las autoridades redujeron nuevamente el área de prohibición, ahora a un radio de 15 kilómetros alrededor del volcán. Esto permitió que los habitantes de El Amarillo y Santa Bárbara regresaran a sus hogares.

Tras más de dos años bajo la alerta máxima, el 2 de junio de 2010 Sernageomin decidió bajar el nivel de alerta a amarillo.39​ La declinación del proceso eruptivo continuó, por lo que la vigilancia del Chaitén descendió finalmente a alerta verde el 10 de mayo de 2011.


domingo, 25 de noviembre de 2018

Lo que el agua se llevo, Epecuen

"Lo que el agua se llevo", la historia de la villa turística Epecuen


Villa Epecuén es el nombre de un pueblo turístico argentino en ruinas, ubicado en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos Aires.

Datos: Wikipedia
Fotografías: Propias

Situada a 7,3 km de la ciudad de Carhué, fue fundada en 1921 a orillas del lago del mismo nombre, y llegó a tener cerca de 1.500 habitantes, siendo visitada por un promedio de 25 mil turistas durante el verano. Fue lugar de vacaiones y de salud para la aristocracia bonaerense entro los años 20 y 70.
En 1985 una inundación provocada por una crecida del lago sumergió a la ciudad completamente bajo el agua, obligando a su evacuación total. Posteriormente en los últimos años el agua comenzó a retirarse, dejando a la vista las ruinas de la ciudad, que se han convertido por sí mismas en un atractivo turístico.

La repentina destrucción de la ciudad, junto con sus ruinas, despertaron el interés de periodistas, antropólogos, fotógrafos y deportistas. Sin embargo, Villa Epecuén no está totalmente deshabitada, ya que Pablo Novak, un vecino cuya familia estaba firmemente ligada a la ciudad mediante distintos emprendimientos, se negó a abandonarla y aún permanece allí como el único habitante.






Importancia como Villa Turística
Las aguas termales de la laguna Epecuén poseen un alto nivel de salinidad, similar al del Mar Muerto, lo cual generó un creciente interés turístico/medicinal hacia la zona.

El pueblo fue fundado por Arturo Vatteone el 23 de enero de 1921, con la inauguración del primer balneario sobre la laguna, a 7 km de Carhué. El lugar fue denominado "Mar de Epecuén" y comenzaron a lotearse tierras para conformar un pueblo.




Otro factor importante fue la confluencia de varias líneas ferroviarias en la zona. El Ferrocarril Oeste (hoy Sarmiento) servía la estación Villa Epecuén, mientras que el Ferrocarril Midland y el Ferrocarril del Sud llevaba pasajeros hasta la estación Carhué.

El pueblo no dejó de expandirse desde entonces, desarrollando la infraestructura urbana e inaugurando hoteles, residencias de lujo e industrias explotadoras de sal y productos derivados.
Se generó una población estable, entre trabajadores y propietarios, de modo que hacia 1930 la ciudad ya contaba con todas las instituciones de un poblado permanente.

Hacia la década del '70 recibía 25 mil turistas durante la época veraniega, con 6 mil plazas hoteleras declaradas y 250 establecimientos comerciales. La población estable rondaba las 1.200 personas.





Inundación
En 1975, el gobierno provincial construyó el canal Ameghino, una obra de ingeniería que conectaba varias cuencas y regulaba el caudal de agua en todas las lagunas de la región. Con este sistema ninguna se secaría y no había riesgo de inundación. La idea era estabilizar el caudal irregular de la laguna, una característica natural e inherente a su condición, pero que causaba serios trastornos a la actividad turística. Los trabajos comienzan con la construcción de un canal recolector de agua, pero son abandonados a medio hacer con la llegada de la Dictadura Militar en 1976.

Este panorama comienza a verse agravado desde 1980 con el surgimiento de fuertes lluvias, que amenazan con anegar al pueblo. La laguna crecía entre 50 y 60 centímetros por año y amenazaba con rebasar el terraplén defensivo de cuatro metros de altura sobre la costa, construido para proteger al pueblo. En 1985 la provincia de Buenos Aires pasaba por una de las peores inundaciones de su historia. Cuatro millones y medio de hectáreas habían quedado anegadas por un desborde del Río Salado. Las pérdidas —por evacuación, por poblaciones incomunicadas y por deterioro global de la economía de los distritos afectados— luego se medirían en mil quinientos millones de dólares.11 Durante una fuerte crecida ocurrida a principios de noviembre de 1985, algunos vecinos del pueblo —entre ellos, los bomberos de la zona— comentaban que el terraplén que los separaba del lago podría caer, mientras que los funcionarios municipales y provinciales sostenían que cualquier desborde no superaría los diez centímetros y que esta villa del suroeste de la Provincia de Buenos Aires seguiría siendo uno de los principales centros de salud del país. Pero el 10 de noviembrede 1985, el terraplén cedió y los excedentes hídricos inundaron el pueblo, que tuvo que ser evacuado. El trabajo “fuerte” de evacuación duró 15 días y no hubo ninguna fatalidad, si bien hubo que trasladar hasta a los féretros del cementerio— la municipalidad los derivó a Carhué, a unos ocho kilómetros. Epecuén se fue cubriendo de agua lenta y paulatinamente y sus casi 1.500 residentes estables perdieron todo. Dos años después llegó a su pico máximo de inundación; las ruinas quedaron bajo el agua durante dos décadas.




Se ha imputado al entonces gobernador Alejandro Armendáriz de haber ordenado sacar los sistemas de defensa que paraban el agua de un sistema hídrico que, como el de las seis lagunas "Encadenadas" al norte de Carhué no tenía contención. Las indemnizaciones en australes fueron afectadas por la hiperinflación reinante. Varios funcionarios serían posteriormente imputados por desvío de fondos públicos que estaban destinados a las obras públicas contra las indundaciones, entre ellos el vicegobernador, y el ministro Conrado Storani y el ministro Aldo Neri, quién sería acusado por los vecinos damnificados de desviar la ayuda alimentaria a punteros, siguiendo criterios políticos partidistas a cambio de votos.

El pueblo fue evacuado en su totalidad, y el agua no retrocedió. Hacia mediados de 1993 Villa Epecuén se encontraba a 7 metros bajo el agua. Durante esos años se realizaron obras para impedir el ingreso de caudales externos a la laguna, por lo que la cota comenzó a descender lentamente.




Actualidad
El nivel del agua ha retrocedido casi en su totalidad. Aun es visible el trazado de las calles, el dique de contención y las ruinas de las casas, hoteles y edificios emblemáticos. Abundan árboles muertos, edificios en ruinas y vehículos oxidados. En 2010 quedaban ya pocas manzanas inundadas, si bien el pueblo continúa deshabitado y en ruinas.

Las ruinas son frecuentemente visitadas por fotógrafos, turistas de distintas partes del mundo, periodistas y entusiastas de los deportes extremos. Como ya se mencionó, el lugar es habitado solamente por Pablo Novak, un hombre nacido en 1930 que se resiste a abandonar su pueblo y lo recorre habitualmente acompañado de su perro "Chozno".

El único poblador de la villa Pablo Novak

En este ultimo tiempo las ruinas de Epecuen se han transformado en un excelente lugar para hacer fotografía nocturna, cada vez mas fotógrafos y aficionados buscamos la forma de llegar a este destino, que de a poco va encontrando su lugar luego de la inundación. 

Quiero darle un gran agradecimiento a Julio Toledo, su mujer y todos los fotógrafos que encontré por esas casualidades de la vida en las ruinas y no tuvieron problemas de compartir sus conocimientos con migo, siempre estarán en mi recuerdo y esta entrada de mi blog esta dedicada a ustedes.